El Observatorio Fabra es uno de esos sitios (muchas veces) olvidados de Barcelona. Yo tampoco era consciente de su existencia hasta que desde Madrid me propusieron escribir sobre los observatorios de las respectivas ciudades. Y agradezco el encargo, ha sido un buen hallazgo.
¿Dónde está?
L’Observatori Fabra se encuentra en la Montaña del Tibidabo, una de las zonas verdes de la ciudad más espectaculares, tanto por su altura (más de 400 metros) como por su entorno: el parque natural de Collserola. Por el día, desde el observatorio puede contemplarse todo el conjunto de Barcelona, el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón o el famoso parque de atracciones del Tibidabo, así que para el visitante ya merece la pena la visita.
¿Qué puede verse?
Durante las visitas diurnas, todos los domingos y festivos por la mañana, pueden verse diferentes salas de la planta baja, el museo y la cúpula. En todos los espacios hay gran cantidad de material científico y documentos históricos del propio observatorio. Todo es explicado por el equipo que trabaja día a día en el edificio, pues se trata de un lugar en plena actividad desde su inauguración en 1904.
¿Para qué sirve el observatorio?
Actualmente tiene una triple función: es un observatorio meteorológico, sísmico y astronómico. La observación del espacio ha ido perdiendo peso con los años por la contaminación lumínica de todo el área metropolitana, que ya incluye la montaña, pero como nos explicaron, el trabajo continúa y se han hecho importantes descubrimientos.
¿Qué es lo más espectacular?
Lo mejor, además de la completa explicación por parte del equipo, es la cúpula en la que se encuentra el imponente telescopio del observatorio. La cúpula tiene además una parte exterior con diferentes artefactos meteorológicos desde la que, en días claros, puede llegarse a ver claramente el perfil de la isla de Mallorca. Es un lugar increíble para disfrutar de las vistas.
¿Qué más puede hacerse en el Observatorio Fabra?
La Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona, propietaria del observatorio, organiza diversas actividades alrededor del Observatori Fabra. Las visitas diurnas incluyen una ruta botánica por el entorno, para la cual facilitan una completa guía. Entre los meses de octubre y junio, los viernes y los sábados pueden realizarse visitas nocturnas para observar el cielo. Además, entre junio y septiembre puede acompañarse la observación astronómica de una cena bajo las estrellas.
Por último, ¿cómo llegar?
Para no acabar perdido por la montaña, lo más sencillo es llegar con la combinación de FGC a Peu de Funicular + Funicular de Vallvidrera hasta la estación superior. Desde allí, puede cogerse el bus del barri 111 o bien ir dando un paseo de apenas 20 minutos por la carretera hacia el Tibidabo. Esta segunda opción es la mejor para disfrutar de las vistas, que incluyen la enorme Torre de Collserola de Norman Foster, una de esas locuras megalómanas fruto de 1992.
Conclusión
Visitar el Observatorio Fabra es una gran opción para escapar del bullicio de Barcelona disfrutando al mismo tiempo de la ciudad, además de hacerlo con la ciencia y su historia. Si te gustan la ciencia, la naturaleza y las vistas panorámicas, es una gran opción para pasar la mañana del domingo.